domingo, 29 de enero de 2012

-8 grados

Es la temperatura mínima que se espera alcanzar durante estos primeros días de febrero, con una sensación térmica de unos 4 grados menos todavía. En realidad no resulta tan exagerado si comparamos con las temperaturas que dicen estar sufriendo muchos de los estudiantes Erasmus que zarandean este año por el mundo. Mínimas de hasta menos 23 grados en Riga, menos 13 y 14 grados en Wroclaw o Belín. No lo es para los adaptados al frío, pero sí para los que venimos de la España más mediterránea. Cuan envidiable resulta hablar a través del skype con amigos y familiares que se encuentran en Elche a temperaturas positivas -llegando en algún momento muy puntual a sobrepasar la barrera de los 0 grados-, y te dicen el frío que están pasando. Ay si sintieran... Esa brisa de aire fresco ventilando los pulmones, esa dosis de naturaleza en vivo, esa sensación paradójica de notar los dedos en plena ebullición. O simplemente, de ni siquiera sentirlos... Me encanta la sensación que me hace entrecerrar los ojos cuando el aire impacta en mis ojos mientras pedaleo como si al final del camino me esperara el caliente infierno. Lo que me espera es mucho mejor. Llegaba a un paisaje en el que los campos no pueden combinar más sus colores verdes y las hojas bailan arrastradas por el suave viento milanés. Un parque en el que un grupo de niñas juegan a desafiar las leyes de la física, y saltan sobre el hielo que cubre el lago. El sol hace brillar la mitad de ese lago, mientras que la otra mitad conserva su capa más gruesa gracias a la fría sombra que mantiene el agua congelada. Yo observaba a las niñas desde la colina, con cierto disimulo y a la vez descaro, pues me resultaba inevitable tomar fotografías de aquel momento. A veces encontramos la inspiración en la tranquilidad de un lugar, en su sonido vacío o en su composición visual, en cambio otras veces son personas que te hacen viajar por tus recuerdos las que remueven tu pensamiento. Allí estaba, reposada en el tronco de un árbol, adentrada en el ambiente que reproducía mi mente al escuchar el programa 'Abierto hasta las 2', con una sensación de lo más reconfortante. Se había terminado la semana de exámenes, los primeros a los que me enfrentaba en este país vecino, y también los primeros de forma oral y cara a cara con el examinador. Un reto comunicativo que esperaba con nervios y emoción y que, a pesar de conocer habladurías sobre 'la ventaja del estudiante Erasmus', le dedicaba esfuerzo y preparación. Tendría que funcionar de igual forma en España, sin que sirva de precedente, el método de evaluación del alumno al menos de la licenciatura de Periodismo. Exámenes que pongan a prueba tanto tu expresión lingüística como corporal, tu capacidad de entendimiento de la materia y tus dotes como comunicador. Además, la nota al instante, cuantísimas crisis de ansiedad post exámenes se hubieran evitado...
Terminados los exámenes y recuperadas las fuerzas para volver a una rutina no tan habitual, comienza un período que guarda continuidad con su antecesor únicamente en cuanto al frío, ya que las condiciones ya comienzan a cambiar. Compañeras de piso nuevas, nuevos objetivos marcados, pensamientos anticipados. Pero sobretodo, un estado de desasosiego compartido entre muchos de los que nos dedicamos a la profesión periodística, una incertidumbre propia del inminente licenciado que ve cómo profesionales se dedican a desempeñar multitareas por un sueldo penoso. Nos cuestionamos seguir estudiando para engordar un currículum que en numerosas ocasiones quedará por debajo no del mejor, sino del que mejores apellidos tenga.

4 comentarios:

  1. Oye pues tus apellidos a mi me encantan :) Guapa, sino lánzate al mundo literario, que como siempre, lo bordas, como muchas otras cosas. Besitos Boo. (L)

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  2. Me gusta, no. ME ENCANTA !!! Me haces sentir como si estuviera contigo allí mirando a las niñas y al lago... preciosa entrada. Apellidos?¿ uffff tendré que cambiar los míos!! Un besote

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  3. Genial! Simplement genial la prosa literaria. :) M'agrada llegir que no sóc la única que té crisis existencials, al menys reconforta sentir-se acompanyada en un sentiment que en dues setmanes ja veig en el teu blog, en el de Marta i també en el meu. Per cert, et promet que m'ha entrat un calfred al sentir l'aire fred mentre t'acompanyava en el teu passeig en bici. Una meravella Ade! :)

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  4. ¡Muchas gracias, Mateo, Marta, Mire... ¡Todo emes! :P
    No os podéis imaginar la ilusión que me hace que me leáis, que me comentéis... Me encanta que os lleguen las palabras tal y como las siento.
    Un beso enorme, ¡tanto como vosotros! ;)

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