domingo, 31 de octubre de 2010

Segundas partes

Es impresionante cómo cambia la perspectiva de las cosas cuando te adaptas a una situación nueva. La sensación de lejanía con mi familia, mis amigos, mi querida (por mucho que la critique, la quiero) universidad UMH, que tanta nostalgia me producía y que a veces me hacía sentirme sola ya no es tal.
Aunque aún es pronto para saberlo.
Los días en la Autónoma cambian a ritmo vertiginoso, pues hoy recuerdo que ayer el día comenzó regular como el día, que apenas dejaba que el sol luciera, y en cambio por la noche esa oscuridad me dibujaba una sonrisa. Desde primero de carrera llevo escuchando a los profesores hablar del cambio en el que nos está adentrando la tecnología y de la necesidad de adaptarse a él, y desde que ando por estas especiales tierras, recuerdo estos discursos. En este caso, no hablo de tecnología, si no de estilo de vida. Hablo de hechos que comienzan a ser costumbres y que pronto se convertirán en rutina, en nueva rutina. Está cambiando mi perspectiva de las cosas, puede que ya no necesite cada día hablarle a la pantalla de mi ordenador en la que aparecen mis padres y mi hermano comprobando que estoy bien, y que estoy feliz. Con el simple tono de mi voz se puede comprobar que estoy donde quiero estar, y que echo de menos todo lo que dejé en Elche, pero entiendo que debe seguir allí, en Elche.
Debo continuar bajo los efectos de Barcelona, porque sigo impresionándome por cada minuto que la piso. Desde fuera veía a la gente de las grandes ciudades coger el metro, líneas rojas, verdes, amarillas, azules y moradas que se entrelazan, flechas que indican las múltiples salidas de una misma plaza, y pensaba que no sería capaz de acostumbrarme a esos movimientos. Ahora que comienzo a vivirlo, sé que me acostumbraré y, además, sé que quiero. Es cuanto menos interesante dedicarle unos minutos a observar a los demás. Cada persona toma el viaje de una forma, unos leen libros, otros estudian antes de las clases, otros ojean el '20 minutos'. Otros miran a otros, y, como es mi caso, lo hacen con música. A partir de ahora, las líneas rojas, verdes, amarillas, azules y moradas ya no se lían en una madeja, sino que me descubren las diferentes paradas. Cuando veo las flechas, veo que puedo salir al café Zurich, a Pelayo o a otro punto de la plaza de Cataluña. Vaya plaza. Lo comentaba con una amiga de regreso a la Vila, de madrugada, cuando nos adentrábamos en una de sus bocas de ferrocarril. Es la mayor plaza que he visto hasta la fecha, y aún creo que no la he visto al completo, pues cuando la paseo, me da la sensación de que en el lado opuesto se esconde mucha más plaza...
Curiosearé pues.

martes, 12 de octubre de 2010

Si 'A', entonces 'B'


El fin de semana en La Vila es cuanto menos aburrido. Además es mucho más productivo que en casa, y puede que se deba al ambiente estudiantil que me rodea o a la presión que una universidad de tal calibre ejerce sobre mí y que me exige lo mejor de mi misma.
Trataba de evitar la subjetividad, pero la descripción de todo cuanto me rodea me obliga a expresar mis emociones. Y éstas no pueden ser mejores. Si hay algo que le falta a Barcelona, yo no lo he encontrado ni quiero. Tampoco la lluvia impide que Barcelona conserve su magia, y pueda, como lo hice ayer, pasear por La Rambla, por el puerto, o por la playa de La Barceloneta. Y tampoco pareció importarles a los jóvenes surfistas que bailaban el agua. Ni a aquellos que se desplazaban en bicicleta, algo que tanto me apasiona. Entre mis comparaciones, llamó especialmente mi atención la FNAC de la plaza de Cataluña, donde la cola para conseguir simplemente entradas se extendía más allá de las puertas de entrada a la tienda. En el instante en el que entré, la música de un grupo desconocido pero agradable al oído ambientaba los pasillos abarrotados de gente.
Puede que un inconveniente se halle en el transporte, que resulta un tanto caro al igual que en el resto de las grandes ciudades cuya urbe se comunica a través del metro y, para el extrarradio, lo hace mediante la red de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña y RENFE.
No obstante, si me preguntan, negaré haber expresado queja alguna. Como ya he dicho estoy enamorada de Barcelona. Será cierto aquello que dijo el profesor de Ordenament jurídic, “si A, llavors B”.

 Vila Universitaria, desde mi ventana.

martes, 5 de octubre de 2010

Segundo día

Imagino que cuando lleve ya los siete días dejaré de sorprenderme tan a menudo. Hoy la gran sorpresa ha sido la Facultad de Comunicació de la UAB. Antes del paseo por el campus, mantengo la costumbre de echarle un vistazo a los periódicos que facilita la universidad, hoy ha tocado ADN y el Triangle.
Aulas de clase, aulas de ordenadores para edición, aulas de prácticas, dos estudios-plató de televisión, y tres estudios de radio. La facultad se encuentra a tres minutos de La Vila, y a unos metros de la Facultad de C.C. Sociales, donde se encuentran otras de las muchas bibliotecas, hemerotecas, salas de estudio y ordenadores del campus. En las facultades de la UAB puedes pedir prestado libros, prensa y revistas, películas y series de televisión dvd o vhs o cedés de todo tipo música. Una buena alternativa para pasar el tiempo libre en La Vila.
Hoy he asistido a una clase de la carrera, Edició en premsa, y la sensación ha sido inmejorable. La profesora es catalana, y como tal sus explicaciones eran en el idioma. Los alumnos castellanos preguntaban en castellano y ella gustosamente contestaba. Adaptación. Comunicación. Sus explicaciones eran de lo más interesante, y sobre un tema que, si simplemente escuchas el epígrafe, no te llama especialmente tu atención: libros de estilo. Historia de las primeras agencias y redacciones periodísticas.
La clase apenas ha durado cuarenta y cinco minutos, pero aún se me ha hecho más corta, por lo que ha sido bastante amena. Mi primera impresión sobre los alumnos de este grupo 51 de periodismo es buena, muy simpática. Aunque me han comentado que pueden llegar a llenar una clase de ciento diez personas, hoy seríamos unos cincuenta y también la llenábamos. También era mi primera clase en horario de tarde y por ahora creo que me adaptaré bastante bien. El horario de clases de la carrera aquí puede llegar a ser muy diferente al que mantenía en la UMH, ya que el estilo de vida diario en La Vila difiere mucho al que estoy acostumbrada en Elche.
La especie común que habita en el campus de la UAB es el estudiantus inquietus. Lleno de vida.

lunes, 4 de octubre de 2010

Día 1

Salimos a las 3 a.m. de la madrugada del lunes 4 de octubre, no con muy buenas caras. Parece que todos estamos nerviosos en casa, y los ánimos son tan cambiantes como el tiempo en estas fechas. Frío de mañana, calor a medio día.
A pesar de todo, el viaje de cinco horas transcurre con normalidad, al tiempo que escuchamos un combinado radiofónico de lo más variado, La rosa de los vientos, La noche es nuestra, Hoy por hoy, Herrera en la onda...
Tras un breve descanso para desayunar, continuamos el camino. Pronto llega una bifurcación de la autovía en dos direcciones, que nos adentra en la carretera de Bellaterra y que deja a nuestra izquierda una larga espera de camiones y vehículos en dirección contraria a la nuestra.
7.50 a.m. La oficina de la Vila Universitaria abre a las 8, y como no podía ser de otra forma, él clava la hora. Puntual, como siempre.
La Vila, filas de bloques de apartamentos, estudiantes que salen de las puertas con carpetas bajo el brazo, con cafés en la mano y agradables conversaciones matinales que se reflejan en sus sonrisas. Una pasada. Verde, verde y más verde es el color del campus, con bosques frondosos y grandes edificios que forman las diferentes facultades. Entre ellas, la mía, la de Ciencias de la Comunicación, que la tengo justo enfrente, y no tengo más que asomarme por mi ventana para contemplarla.
El apartamento tiene unos cuantos defectillos que pierden importancia debido a mi estado de felicidad del momento. No obstante, ya queda pendiente el arreglo de mi luz del baño, que parece una discoteca, el enchufe que cuelga de la pared, y una puerta de armario que resulta atascada.
Con respecto a las dos chicas que conviven conmigo, son majísimas, y creo que nos llevaremos muy bien, pues tienen buen humor y transmiten confianza. Genial. ¡A todas horas hay estudiantes por aquí! Mi balcón da a la zona de más movimiento, justo debajo, en mi bloque hay una cafetería 'Frankfurt' y un súper, y hasta ahora no he visto las terrazas completamente vacías. Mis compañeras ya me han dicho que me prepare para el jueves, ya que si tengo el sueño ligero, me costará dormirme... Creo que no tendré problemas :P

Además, han estado pasando a ver las habitaciones que quedan libres muchas chicas durante la tarde, por lo que pronto seremos unas cinco personas en el apartamento. Ya veremos cómo repartimos la nevera... Jeje :P

* Primera curiosidad periodística: viñeta publicada en el diario El triangle: "Fomentarem l'odi i la xenofòbia només fins que els immigrants tinguin dret a vot". Las palabras salen de una edil del Partido Popular, y el titular de la viñeta es: 'Pithecanthropus corruptus'...


¡Buen comienzo de semana para todos! :)