lunes, 5 de noviembre de 2012

Tensión en la Irlanda más católica

Pasear un día cualquiera por las calles de Castlebar, un pequeñísimo pueblo situado en la región de Co Mayo (oeste de Irlanda), resulta de lo más tranquilo. Lo más probable es que ese día llueva -ya que de los 365 días del año, más de 200 son de lluvia-, por lo que la gente que se mueve -y no que pasea-, lo hará con paraguas y chubasqueros, andará deprisa sin apenas detenerse. Ante este frecuente panorama, el sabado a eso de las dos del mediodía -hora irlandesa-, me disponía a dejar a un lado la bicicleta para tomar unas fotos de la gris estampa cuando, a lo lejos, escuché voces que se aproximaban cada vez más.
 
Una marabunta con pancartas al cielo, gritos al aire y cruces de miradas unas alegres y otras furiosas, elevaban los decibelios acústicos de las calles al son de 'Keep his Pro-Life Promise'. Más de 3000 personas, dicen los diarios, aunque a mí me dio la sensación de muchas menos,  emprendían un 'Rally Pro-life'. Allí me encontraba yo, cámara fotográfica en mano, y sin entender muy bien. Ni lo que estaba pasando, ni lo que se comentaba entre la gente. Entre lo que pude leer en las pancartas y los lemas de los voceadores exaltados, se trataba de una manifestación anti-aborto. Al menos, eso insinuaban con sus fotografías de niños deteriorados, realmente desagradables. Chocaba ver cómo una mujer, portadora de hábito y con un rosario vehemente aferrado, levantaba con tal firmeza una sangrienta imagen de un bebé muerto.

'Mantén tus derechos paternales. Vota NO' / A.Palomar

Una extraña sensación entre emoción y prudencia apretaba el botón disparador de mi cámara como si pudiera dejar escapar en algún momento algún detalle digno de ser capturado. Unos pasaban y ni siquiera me miraban, otros se acercaban a mí y posaban con mirada cómplice hacia la cámara, a la espera de que les devolviera la sonrisa. También los hubo un poco más nerviosos de lo conveniente, y desconfiaban al instante de mí, o mejor dicho, de lo que sujetaba entre las manos buscando el mejor ángulo para captarles.

Inicio de la marcha 'Pro-life' en las calles de Castlebar, Co Mayo (Irlanda) / A.Palomar

Poco más pude saber durante ese transcurso de tiempo, pero no tardé en averiguar con más detalle el motivo de la marcha. Los periodistas en Internet informaban ya entrada la tarde, que miles de ciudadanos de Castlebar habían emprendido un 'rally', con la pretensión de mantener presente la promesa de Enda Kenny -primer ministro de Irlanda y líder del Fine Gael, partido que lidera la república en coalición con el Partido Laborista-. La promesa, que Fine Gael es un grupo 'provida' que no va a introducir cambios en la legislación del aborto. Los ciudadanos manifestantes alzaban sus pancartas, algunas con imágenes sobre fetos ensangrentados, otras con emoticonos de profundas sonrisas dibujadas junto al rótulo 'Pro-Life'. Sus pasos, firmes y seguros, estaban liderados por la Mayo Life Network y la Mayo Youth Defence, organizaciones por la causa.

No todos los manifestantes estaban exaltados, muchos mantenían una mirada tranquila y paciente / A.Palomar

Según fui leyendo como pude los diarios irlandeses, pude comprender que el ambiente entre la población está 'un poco movido', ya que la política que rige esta legislación está viéndose atacada por la presión de diferentes grupos mediáticos. El ejemplo de ello lo ponían con la reciente apertura -18 de octubre- de la primera clínica para practicar el aborto en Belfast, capital de Irlanda del Norte. Esta región de Irlanda no forma parte de la República, puesto que Irlanda del Norte forma parte del Gobierno de Reino Unido desde 1921, sin embargo, Irlanda del Norte tiene su propio gobierno dentro del Reino Unido, por lo que la jurisdicción legal también es diferente a la de Inglaterra, Gales y Escocia -países que conforman UK-. 

Por lo tanto, aunque el aborto inducido es legal en Reino Unido hasta las 24 semanas de gestación, según la aplicación de la Ley del aborto de 1967 (ésta fue enmendada en 1990, ya que inicialmente la ley dictaminaba que se permitía hasta las 28 semanas), Irlanda del Norte no se acoge a ésta. En su lugar, se aplica la legislación de 1861, en la que el aborto 'solo es legal en circunstancias excepcionales para la vida de la mujer embarazada -peligro inminente y si hay un riesgo a largo plazo o permanente de su salud física o mental-.

'Ésto es lo que ellos quieren legalizar' dice el rótulo del cartel que acompaña a la imagen de un feto deteriorado / A.Palomar

En la República de Irlanda, el aborto es ilegal a menos que se produzca 'como resultado de una intervención médica realizada para salvar la vida de la madre'.

'El aborto es el holocausto de hoy en día. ¡Cuidado Irlanda!' / A.Palomar

La apertura de la mencionada clínica en Belfast supone, para muchos, una presión en políticas 'morales y éticas'  a las que el gobierno de Irlanda podría ceder para mantener 'diplomacias' con otros estados. Y es que,  los conflictos que caracterizaron a la población de ambas 'Irlandas -'la del Norte y del Sur'- no sigue vigente entre los ciudadanos irlandeses, el resentimiento no les caracteriza, por lo que no es extraño que se trate de estrechar lazos entre ambas regiones. 'De ahí -me contaba el padre de la familia irlandesa con la que convivo- el temor a la presión e influencia que pueda implantar la legalidad británica'.

Los niños parecían no saber dónde se encontraban, sonreían al igual que las pancartas que sostenían / A.Palomar

El catolicismo que rodea a los ciudadanos de este pequeño pueblo es profundamente arraigado y realmente estricto en muchas prácticas sociales. Y, después de saber un poco más, 'comprendo mejor' algo que me tenía perpleja. Y es que, las familias irlandesas que he conocido hasta ahora, tienen como mínimo tres hijos.

Mientras, la lluvia mojaba los carteles y globos que centenares de niños que sonreían en la ignorancia de hallarse entre tanta gente alterada y escandalosa.

*Más fotos acerca de la manifestación 'Pro-life' en https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10151136256593730.432624.747398729&type=3

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